-¿Y despertaré?
-Despertaremos
-¿Cuándo?
-No sé, nunca lo hemos hecho.
-¿Hasta dónde llegaré?
-Aquí y allá, quizá un poco más.
-¿Y por qué?
-Pues porque sí, ¿por qué más?
-Entonces dime: ¿en qué momento?
-Ya te dije: siempre y nunca
-¿Y si juzgo al precipicio?
-¿Y si erras, como siempre, tu juicio?
-¿Qué sabrás, tú, de la verdad?
-¿Cómo sabes que hay verdad?
-No es posible tanta mentira
-Más que posible, yo diría.
-¿Bueno dime, entonces, de qué estamos hechos?
-De nosotros, sobre todo de los otros.
-¿Y así, se puede vivir?
-Sólo así se puede vivir.
-Sigues sin hablar claro, ¿estamos vivos o discurrimos en un sueño?
(Y el otro guardó silencio)
(La conversación siguió hasta que se acabó el tiempo)
(Al final sólo se alcanzó un susurro de sus últimas palabras):
- ¿(...) hasta de melodías?
- (Y tras un suspiro y una risa) Sólo de melodías. Las más hermosas y las más punzantes melodías.
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